Una provocación autoritaria

Actualmente en nuestro país casi el 40% de los argentinos se encuentra en situación de pobreza, más de la mitad de los niños y niñas son pobres. Nuestra economía enfrenta una las peores crisis de su historia, y es muy probable que se siga deteriorando por más tiempo. 

Nuestro sistema de salud se encuentra en crisis. Los hospitales públicos no cuentan con los insumos básicos: barbijos, alcohol, gasas. Los trabajadores de la salud trabajan en condiciones precarias: remuneraciones bajas, falta de recursos básicos para sus tareas, jornadas laborales mayores a 24 horas.
 

Tenemos diez veces más casos de Dengue que en los últimos años. 

Un tercio de los argentinos viven en condiciones precarias por no contar con una vivienda digna. 

Solo la mitad de los jóvenes termina el secundario. Todo esto ocurría antes de que se registre en nuestro país el primer caso de Coronavirus. 

Hace dos meses los argentinos volvimos a ser solidarios, a cuidarnos los unos a los otros y comenzamos a vivir en cuarentena para frenar los contagios del coronavirus. Todos estamos pasando por un momento muy difícil, de muchísimo dolor y sacrificio. Muchos argentinos se quedaron sin ingresos, sin poder ver a sus seres queridos, solos, encerrados y esperando que esto termine lo antes posible de la mejor manera. 

Tan grave es la situación que hasta el Congreso estuvo casi dos meses enteros sin sesionar y con un mínimo de actividad, y solo de manera virtual. 

Nos parece aberrante que quieran tratar el proyecto de legalización de aborto en esta situación. Un proyecto de suma sensibilidad para toda la sociedad, que fue debatido y rechazado hace tan solo dos años. Nos parece de ingenuo, o de perverso pensar que un proyecto de esta magnitud, que atenta contra el derecho a vivir, pueda ser tratado virtualmente. 

Lo escuchamos citar al Papa Francisco, lo vemos pedirle ayuda  a los sacerdotes y pastores para contener y ayudar a los más necesitados. Mientras sus ministros salen diciendo por los medios que todos ellos son  antiderechos. 

Le pedimos que no abuse de su poder en estos momentos de angustia. Mandar al Congreso el proyecto de aborto sólo evidenciaría su falta de sensibilidad con los muertos y enfermos de la pandemia. 

Querer legalizar el aborto en medio de la pandemia es una provocación autoritaria a que millones de argentinos salgamos a manifestarnos.